Crisis violenta en Naco deja una mujer muerta y cinco heridos; atacante bajo evaluación psiquiátrica

Santo Domingo, Distrito Nacional – Un violento suceso sacudió la tarde del miércoles el condominio Dorado IV, en el Ensanche Naco, cuando Jean Andrés Pumarol Fernández, de 30 años, descendió por varios niveles del edificio con dos armas blancas, provocando la muerte de una mujer y heridas a cinco personas, incluyendo a su propio padre y la cuidadora de la víctima fatal.

El ataque comenzó alrededor de las 4:00 p.m., cuando Pumarol tocó puerta por puerta atacando brutalmente a quienes respondían. La víctima mortal fue identificada como Yolanda Handal Abugabil, de 70 años, hermana del administrador de la Oficina de la Primera Dama, Raquel Arbaje.

Entre los heridos figuran su padre, Guillermo Pumarol, y vecinos como Francisco Tezano, Griselda Ozuna, Victoria Heredia y la cuidadora Teresa Fabián Heredia, quienes ya reciben atención médica.

Evaluación de salud mental y estado legal

Aunque inicialmente algunos testigos mencionaron que el agresor presentaba crisis mental, las autoridades aún no han confirmado oficialmente ese diagnóstico. La Policía espera peritaje médico del Ministerio Público para determinar su estado mental.

La familia Pumarol Fernández, en cambio, informó públicamente que Jean Andrés vive con un diagnóstico psiquiátrico desde hace años y estaba bajo tratamiento continuo. El abogado defensor explicó que, si se comprueba un episodio psicótico, el atacante podría ser declarado inimputable, con su caso derivado a un tribunal especializado según el Código Procesal Penal.

Actualmente, Pumarol está internado bajo custodia policial en una unidad psiquiátrica de la clínica Gómez Patiño, donde permanece estabilizado y bajo observación.

Impacto comunitario y protocolos reforzados

El incidente ha generado consternación entre los residentes de Naco, que recuerdan a Pumarol como una persona reservada, sin señales de conducta agresiva antes del ataque.

Las autoridades anunciaron que reforzarán los protocolos de intervención en casos de crisis emocional en zonas residenciales, destacando la importancia de una respuesta efectiva y preventiva.

Además, especialistas en salud mental, citados por el periódico El Día, alertan sobre el riesgo que supone el abandono de tratamiento, enfatizando la necesidad de que familias y profesionales estén atentos a síntomas de recaídas o incumplimiento terapéutico.

Este trágico episodio trae una doble enseñanza: el desafío de garantizar atención continua a personas con diagnósticos de salud mental, y la urgencia de contar con protocolos eficaces para responder a crisis corporales o emocionales en espacios residenciales. La historia de Naco pone sobre la mesa la necesidad de apoyo oportuno y herramientas sociales para prevenir hechos similares.

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